Hace un año se dió el encuentro entre Perenganas y Golondrinas en la ciudad serrana, de Sierra de la Ventana. Un vínculo timido que no tenía muchas pretensiones, y que se dio con todas las formalidades y distancias que ameritan las relaciones nuevas y desconocidas. Aunque con mirarnos nos dimos cuenta, que nos gustabamos.
No nos faltaban las idas y más las vueltas, los abusos de comidas y las presencias compañeras, nos atrevimos a desear, a desear un deseo que nos produjo nuevas energias, de esas que te potencian y no se consumen. Compartiendo esa comida, la compañia en la lectura de un libro, los diálogos confrontativos y las risas complices, es que nos hemos vuelto capaces, y solo somos lo que podemos, lo que elegimos. No duden que nos encontramos en afinidad, amistad y afecto, tres transversales de la anarquía. Y el resultado es una nueva intimidad, donde compartimos nuestras soledades y nos afectamos alegremente. Donde aprendemos con la seriedad con que juegan los niños y nos agrupamos en una manada, enraizandonos en lo salvaje, destrozando el cerco artificial de la individualidad narcicista, reconociendo lo que nos envuelve. Un mundo nuevo en nuestros corazones.
Las Perendrinas prometemos volver con soles y lunas, en cartas astrales en blanco, listas para construir una nueva interpretación del presente. Con eso barreremos los prejuicios divinos, que dictaminan nuestros destinos. Robaremos el fuego prometeico del conocimiento, que inflamará nuestra voluntad y con el que prometemos encender las barricadas del tiempo y el territorio, para afectarles con nuestra integridad.
Huyan de nosotras.
"Atrévete, atrévete a viajar conmigo, atrévete a vendar los ojos, atrévete.
Atrévete a las cosas nuevas, y en esa quimera me propongo yo.
Seamos estupendos amigos, dejemos la crítica de lado, la música no tiene mensaje para dar.
Atrévete, atrévete a lo poco claro, atrévete a querer lo raro atrévete, atrévete a surcar el caos, que del otro lado te espero yo.
Seamos estupendos amigos". (Babasonicos)