Cuando se pierden los tientos y se sale a navegar una puede dar cuenta de sus pasos, pero acaso saber lo que encontrará?
Ahí aparece la intuición, el olfato, la calle, el puro azar maravilloso. Y como se dice popularmente “el viento nos cría y el amor nos amontona”
Así llegamos todas las que llegamos, todos los que nos encontramos un primero de mayo de 2018 en Pigüé. Comarca antigua de una historia borrada, inmigrada luego y borrada nuevamente. Hoy en deseos de resurgir diciendo: no olvidemos que el Primero de Mayo es el día de las trabajadoras y trabajadores, y que el día del “trabajo” a secas se lo coman con sal y pimienta los que explotan y burocratizan vidas cada día.
Brotando por las grietas, dos, cuatro, múltiplos de muchos más, conforman la humanidad de la publicación Disidencia. Ellos nos convocaron, ellas organizaron esta reunión de largas horas de camaradería. Luego y durante: la lluvia, el fuego interno, el abrazo, las palabras como clavos y algodones.
Y en esta breve o escueta enumeración dijimos,
-Disidencia afirma el caos para el poder y la anarquía para todo el mundo, asintiendo en la tarea, que se mueve.
-Golondrinas memoriosas, gritando de ira por el dolor, y construyendo con Voluntad
-Andariega conquistando el pan y dando lumbre con fuego para limpiar y poder cantar.
-Santiago Maldonado y Rafael Nahuel apareciendo cada día otra vez (odiando que sus nombres sean necesarios por haber sido asesinados y extirpados de su labor comunitaria y anónima)
-Árbol mixto de voces poniendo a prueba la paciencia, la esperanza, cosechando entre las matas de desdicha atestiguada, un poco de ternura para la nueva humanidad. Esa que no ha dejado de estar en los márgenes de los márgenes, pero que por tímida se ausenta tantas veces.
Pero aquí arruinando el cuelgue generalizado, venimos con ganas de sacarla a bailar, decirle que ya basta de tanto letargo. Y como seres solos y en constante búsqueda de libertad que somos, le tiramos unos pasos y que aproveche para quedarse a vivir todo el rato que pueda con nosotras.
Así andando y bailando, arando y cantando, barriendo y gritando, reuniendo y amando nos iremos por senderos que no dejan de cruzarse.
Y como decíamos al comienzo, que encontraremos en el camino?
Anarquistas, por todos lados.
Como golondrinas, son nuestros puertos, ahí nos detenemos a ser interlocutores de lo posible. Es decir, de todo.
Salud!